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El informe, fechado en el mes de enero, reconocía que las embarcaciones de la Guardia Civil están muy envejecidas y no resisten las embestidas de las narcolanchas. Una memoria justificativa, firmada por tres mandos de la jefatura de costas, fronteras y de la policía marítima de la Guardia Civil, la necesidad de inversión. Y, de hecho, en base a ese informe, el Ministerio del Interior ha encargado nuevas naves.
Además de desfasadas, estaban poco preparadas y se señala, literalmente, que no reúnen “las condiciones de acomodación necesarias para los servicios que prestan”, sobre todo, para las interceptaciones de narcolanchas. En este documento, encargado por la Jefatura de Asuntos Económicos de la Guardia Civil, también se afirma que las patrulleras necesitarían ser de materiales más resistentes, actualmente son de fibra de vidrio, para poder resistir los embistes de los barcos de los narcotraficantes.
Haciendo caso a esto, ha comenzado la licitación para tres nuevas naves que contarán con un refuerzo de aluminio. En total, se van a invertir en ellas siete millones y medio de euros. Sin embargo, mientras éstas llegan, la realidad es que seis de las once embarcaciones que tienen están inoperativas y algunas de ellas tienen más de 20 años de antigüedad. Una de las últimas adquisiciones ha sido la Río Flumen que, con 18 metros de eslora, alcanza los 60 nudos, 111 kilómetros por hora.
No hay comparación con las narcolanchas
Desde 2018, las narcolanchas están prohibidas. No se pueden ni fabricar ni reparar. Tampoco reformar, transportar, navegar, tenerlas o venderlas. Su simple tenencia puede implicar su incautación. Hasta esa fecha las lanchas se escondían en los embarcaderos, pero tras la prohibición de las planeadoras esperan en aguas internacionales a que el camino esté despejado. Actúan rápidamente, desembarcan y vuelven a marcharse, y cuentan con ayuda en tierra para descargar.
Por otro lado, está el tema económico. Los narcotraficantes no tienen límite de gasto y utilizan las más rápidas del mercado. De hecho, pueden cruzar el Estrecho en tan solo 15 minutos y permite que lleven a bordo fardos de cerca de 30 kilos.